Video - La Muñeca que Juega

La noche cayó sobre la casa de los Fernández como un manto pesado. Clara, la pequeña de cinco años, reía mientras jugaba con su muñeca, una boneca de cerámica con ojos que parecían seguirte. De repente, el silencio se apoderó de la habitación. Clara se levantó y, con pasos titubeantes, la muñeca comenzó a moverse sola, sus pies de porcelana arañaban el suelo de madera. Una risa escalofriante resonó, y el oscuro rincón de la habitación se iluminó con una luz sobrenatural. Clara sonrió, pero sus ojos reflejaban terror. La boneca, ahora erguida, susurró: "Ahora soy yo quien juega".