Video - La búsqueda del oro: lecciones tras el relámpago

El rugido del río resonaba por el cañón cuando Lior, con su dron hecho a mano, se lanzó por la ladera. Su misión: capturar imágenes de la mítica cascada dorada que nadie había visto jamás. Una nefasta tormenta se acercaba, pero él ignoró las nubes, obsesionado por cumplir su sueño. El dron zumbaba, enfrentando ráfagas de viento. De repente, un rayo cayó cerca, desorientando el aparato. Lior corrió por el borde, sus ojos clavados en la pantalla, cuando el dron vislumbró un brillo dorado entre la niebla. "¡Lo tengo!", exclamó, su voz apenas un susurro entre los truenos. Pero el dron perdió señal y cayó al río. Lior se detuvo, el corazón retumbando con la tormenta, la pantalla en negro. De vuelta a casa, revisitando las imágenes recuperadas, descubrió un relámpago reflejando oro líquido. Aunque no era la cascada, encontró algo inesperado: la belleza fugaz del momento imposibilitando el desencanto. Lior entendió que no siempre era el final de la travesía lo que importaba, sino lo aprendido en el camino. Cerró los ojos, satisfecho, dispuesto a intentar nuevamente, sabiendo que cada rayo y cada destello contenía su propia historia.