Video - El Legado del Árbol de los Recuerdos
En la cúspide del amanecer, la joven Izel se aferró al borde del acantilado, sus dedos resbalando contra la roca húmeda. El viento rugía a su alrededor, llevándose consigo los ecos del secreto que había descubierto. En el corazón de la montaña, un portal a otro mundo latía con energía antigua. Había llegado hasta allí siguiendo un mapa que su abuelo le había dejado, un mapa que prometía revelar el Árbol de los Recuerdos. Este árbol, según la leyenda, guardaba los anhelos y las memorias de todos aquellos que se habían perdido en el tiempo. Izel sabía que debía entrar en el portal para encontrar lo que su familia había ansiado durante generaciones. Cerrando los ojos, se lanzó al vacío, sintiendo el tirón del viento y la promesa del descubrimiento. Al cruzar, el mundo se transformó en un remolino de colores y sonidos. Finalmente, aterrizó suavemente en una pradera iluminada por la suave luz de un sol que nunca antes había visto. Allí, a lo lejos, se alzaba el majestuoso Árbol de los Recuerdos, sus ramas extendiéndose como los brazos de un viejo amigo. Izel sonrió, sabiendo que había encontrado su destino y el legado de su familia.