Video - El Guardián del Amanecer: La Batalla de Alaric y Emeric
Un rugido ensordecedor sacudió el bosque cuando el dragón Emeric se posó en el claro, su sombra envolviendo a Alaric. El joven, armado solo con una espada de familia, se enfrentó al monstruo que había aterrorizado su aldea durante años. El aire estaba cargado de electricidad, y la tierra temblaba bajo el peso de la bestia. "Si buscas oro o gloria, humano, has venido al lugar equivocado", resonó la voz del dragón, profunda como un trueno. Alaric, sin embargo, no flaqueó. "Busco libertad para mi gente", replicó, sus ojos ardiendo con determinación. El enfrentamiento fue breve pero feroz. Alaric esquivó las llamas con agilidad, cada movimiento meticulosamente calculado. Con un golpe certero, clavó su espada en el corazón del dragón, que dejó escapar un último rugido antes de desplomarse. Con el amanecer, la aldea despertó a un nuevo día de paz. Alaric, cubierto de hollín pero victorioso, regresó como un héroe. La gente del pueblo, agradecida, lo recibió con abrazos y lágrimas de alegría. Aunque la cicatriz del dragón siempre le recordaría el peligro, Alaric había encontrado su verdadero propósito: ser el guardián de su hogar.